lunes, 21 de enero de 2008

ALAJUELA, PURO CUENTO

De la mano de Juan Cuentacuentos, Los Alaputenses, la Dirección de Cultura, la Municipalidad y los patrocinadores, se vivió del 9 al 16 de noviembre el más organizado y concurrido evento cultural en Alajuela dándole un aporte importantísimo a la vida de la provincia. Todos los días el Teatro Municipal se llenó y los fines de semana la mitad de la gente se quedó fuera. Pero no sólo habían cuentos en el teatro, los cuentacuentos o cuenteros se partieron el lomo o la lengua de forma maratónica yendo y viniendo del CUNA, a Atenas, de Atenas a Turrúcares, de Turrúcares a Poás y de ahí a San José, a la Casa Cultural José Figueres Ferrer. Vinieron como hormigas de todos lados, de México, Cuba, España, de Ecuador, del INVU las Cañas, del Resbalón y hasta de la Santísima Trinidad y todos los días se corría el cuento por Alajuela que había estado buenísimo la otra noche y que a mi me gustó tal otro. Y los llevaban a las radios a meter el cuento, a que vinieran o fueran a donde mejor pudieran a ver y escuchar las historias mejor contadas y que estos vienen y van contando lo que ellos les guste y escuchen en el camino de sus vidas, de feria en feria de parque en parque y de festival en festival.
La cosa es que la fiesta fue tan buena que no sólo fue cuento, que llevaron Doctores de la risa, retahílas de Walter Quesada, grupos de baile como América Morena, grupos experimentales como el Miraluz y no tan experimentales como el Ténguere.
Un montón de muchachos y muchachas ayudaron en el evento. Hasta un cafecito para la salida.
En esos días recordamos historias de como se fundó la villa que hoy es Alajuela, gente que venía escapando de la necedad religiosa y los tributos de entonces, seguro por eso somos tan alaputenses los que nacimos o vivimos aquí. Y que un carajo con un machetón y una señora con un sólo diente a punta de risa evitó más de un muerto. Que apunten la receta para las barras de fútbol. Las historias de los paisas de Medellín que son muy parecidas a unas de nosotros. Y la mula que le metieron el ají por donde usted ya sabe para sacarla del charco de barro y el campesino que subió un chorro de agua con un tigre de tras y el hueco en la suela del zapato que es un hueco en el alma que tenemos y hemos tenido muchos pueblos por estas partes no sólo el de Cuba. Pero siempre reconfortados por la poesía de Martí, para concluir que a pesar de lo que nos mientan, el hueco no se arregla mirando para otros lados. Que la sala del teatro se llenó de silencio con la historia de las mujeres muertas en Juárez México, un silencio como el de la suerte de una película de una López y un Banderas que no dejaron pasar por aquí, para que no nos diéramos cuenta por qué se le llama la ciudad del silencio. Que cantamos al estilo del jaleo repitiendo “Vitor Vitonga-Vitonga Vitor”. Y después Juan con la famosa cucarachita mandinga. O el hada que se exilia de vida en vida para darse cuenta de lo que perdió pero que no había perdido. Y magia en los movimientos de Hana y Rodolfo. Y el espantapájaros con cinturón de arco iris. Tantos fueron que, para no cansarlos con el cuento, hablamos con Juan Cuentacuentos, Joel Sánchez y Jota Villaza.
Pudimos después del cierre del festival conversar con Juan el artífice y entrevistar en el antiguo correo, hoy Centro Alajuelense de la Cultura, a Jota Villaza (Colombia) y Joel Sánchez (Cuba).
EL MOVIL: Juan ¿qué expectativas le deja éste tercer festival de cuentacuentos?
JUAN CUENTACUENTOS: Bueno un gran compromiso, con la vida y la sociedad Alajuelense porque inventar hacer estas cosas y pararlas es difícil. La idea es que esto tiene que seguir dándose en mejor calidad,.
Vimos que mucho público se queda por fuera ¿Es un reto para el cuarto festival?
Es un reto para las entidades públicas crear instalaciones de encuentros ciudadanos.
El reto mío ya está planteado, además que la cuentearía no es espectáculo masivo.
Hay gente que dice: “hágalo en el polideportivo”; no, ahí el espectáculo sería muy feo.
Alajuela ocupa más espacios que el Teatro Municipal, que está medianamente abierto.
Los artistas en Alajuela ocupan apoyo rápido de las instituciones y esforzarse por lograr cosas interesantes.
Podemos decir que siempre el Alajuelense ha sido un público difícil. Vemos que respondió muy bien. Cómo ve la actitud del público
Yo rechazo eso. El público Alajuelense no es un público difícil.
El público no tenía opción, lo que pasa es que estábamos acostumbrados a ir a San José, la vida cultural se hacía en San José, lo que había aquí era el cine y la gente se acostumbró a eso; ahora con la inseguridad ciudadana la gente ya no va a San José ese es el beneficio de los espacios en Alajuela, no lo digo yo la fiesta internacional de cuenteros lo dice.
¿Cuál es la diferencia entre el actor y el cuentero?
Bueno, el actor interpreta un personaje, lo maquilla, lo viste, juega a ser el.
El cuentacuentos es la persona que conocemos, la que está en escena, nos cuenta la historia por medio de la palabra, nos hace imaginar al personaje o los personajes, por ejemplo, estuve en Medellín, un chavalo se contó Ricardo III y vivimos la obra por las palabras del cuentero.
El cuentero además cuenta lo que le gusta, cuenta lo que quiere compartir en su vida. Se le ve en su esencia.
Vimos un público más educado, más atento al festival
Yo no se si más educado, creo que depende del artista. Cuando a la gente se le da con calidad, la gente entiende que es con calidad. Si se trae un humorista contando chistes al teatro, puedes tener un público comiendo en el teatro, incluso tirando improperios. Depende de lo que se le dé, así el público responde.
En la primera noche estuvo Joel y la gente se reía con su humor con sentido. La otra noche estuvo Mercedes Hernández de México, con los asesinatos de Juárez y el teatro quedó en silencio solidarizándose con el tema, entonces depende qué se le da al público.
Aparte de lo que usted hace con este festival o como cuentacuentos. ¿Cómo ve la vida cultural en Alajuela, el ambiente, los movimientos artísticos?
Mira, yo creo que hay que afianzarla, hay que motivar.
Es la permanencia del trabajo, buscar gente para trabajar en equipo, la tolerancia, la solidaridad y eso lleva mucho. El ambiente cultural y artístico aquí puede surgir muchísimo, la gente está cansada, quiere salir de las casas, dejar de ver tele. Vemos como llegaron cerca de diez mil personas en estos días a las actividades, el teatro debería estar lleno de actividades todas las semanas todos los días.
JOTA VILLAZA: Si hombre, en particular los cuentacuentos que llaman acá o cuenteros que llamamos allá en general no se proponen el rescate de la tradición. Sin embargo al participar de la oralidad indirectamente estamos contribuyendo al rescate de una tradición y algo tan humanamente vital. Yo en lo particular hago mi trabajo desde el folclor, desde las tradiciones, los cuentos que narro son de ese carácter. Es un papel que desempeñamos que a veces no somos conscientes, sin proponernos hacer una función social, está ahí viva, inherente en el sólo hecho de estar contando cuentos en una época donde todo se hace a través de las máquinas.
Qué le pareció este festival con respecto a otros festivales que comparten en Latinoamérica los cuentacuentos
Se parecen mucho y tienen la misma esencia, en la alegría, en la fuerza, la vitalidad y entrega de los cuenteros. Pero tiene de particular el Festival de Alajuela y se distingue de muchos por la precisión, el orden, las cosas tan bien hechas. Todo perfectamente cumplido y preparado. El esfuerzo de la gente que muchos no son profesionales, sin embargo el trabajo fue exacto, creo que casi controlaron los fenómenos de la naturaleza para que el festival marchara como debía ser.
Los cuentos que nos contó son de su autoría, o son recopilados
Una cantidad de cuentos son recopilados de la tradición como el de El Purgatorio, La vela del encomendado a San José, los cuentos de Porsiaca y Pedro Rimales, otros me los han narrado directamente como el de las dos viejitas de Sonson, los que nos cuenta Don Gabrielito Osa el del Ají allá en Sonson, los cuentos de Soraite del tren, cuento que viví y conocí personalmente. Otros son en realidad de mi autoría como el de El espantapájaros soñador, el de Rosita, el del espanto en el cementerio. Cuentos que yo creo oralmente.
Encontramos similitudes entre los cuentos de una región y otra aparte de lo que tiene el cuento en Latinoamérica, la realidad contada de una forma mágica. ¿Ese traspasar de las fronteras, lo hace perdurable?
Si, mira, siempre narro la anécdota de que en Medellín en Antioquia, tenemos un libro que se llama El testamento del Paisa, donde está una recopilación de muchos años del folclor, de las historias, de los cuentos, de los dichos, refranes, poesía popular, de todo eso. Un libraco de quinientas páginas muy bien escrito por el maestro Agustín Jaramillo Londoño. Se lo regalamos a varios cuenteros. Como al mes me llamo Juan Madrigal y me dijo: “ya me he leído la mitad del libro y todos son cuentos costarricenses, ¿dónde empiezan los paisas?” Y es una realidad, tenemos el cuento La diestra de Dios Padre que es la bandera del cuento folklórico antioqueño y en Centroamérica encontramos un cuento que se llama Uvieta que es la misma historia de Peralta (personaje del cuento antioqueño). El mismo cuento lo vemos en Ecuador en un cuento que se llama Miserias, claro con variables. Luego nos encontramos un cuento Ruso, el de Iván. Un campesino a quien se le aparece Dios y le concede unos deseos y hace un montón de barbaridades. Tiene como mil años de antigüedad. La humanidad tiene un espíritu colectivo muy fuerte.
Hablando de este espíritu colectivo, qué pasaría si aparecieran con dueño los cuentos de tradición oral, que se tuviera que pagar un derecho por contarlos, que alguien dijera que la creación de estos festivales le pertenece
Es grave la situación. en algunos países del sur es complejo para cada persona contar un cuento porque tiene dueño; por ejemplo en Chile alguien le puso a un evento La casa en el aire, registró la propiedad y nada se puede llamar igual o parecido ni ser semejante a eso, dizque por la propiedad intelectual. La humanidad es muy perversa en eso, vea el agua es de todos, del universo, pero ya hay propiedad sobre el agua, la tierra. La propiedad intelectual es una perversión en la mayoría de los casos. Una cosa es un invento, una máquina pero un descubrimiento como es el registro de patentes sobre plantas o hierbas medicinales de las selvas no lo son. Entonces qué está pasando, lo controlan las farmacéuticas o un laboratorio, el derecho a usar las hierbas que eran silvestres, nuestras. Eso mismo puede pasar con los cuentos y poesías populares.
La idea parece ser defender a los autores pero más bien les afecta y muchos están en contra de esto
Mire yo tengo una cantidad de cuentos de mi autoría y obras de teatro. Yo no he registrado el derecho de autor sino de una obra de teatro por una circunstancia específica. Hay mucha gente que narra mis cuentos y no saben que son de mi autoría. Mire yo me encontré con un cuento mío, el del espantapájaros, que en Chile es muy conocido como de tradición oral, pero bueno si se ha regado por todo el país yo no me voy a poner a pelear por eso ni mucho menos. A mi me pidieron autorizaciones y que cuanto tenían que pagarme. Cómo pues, pagar nada, cuéntenlo, rico si dicen que el autor soy yo.
Considerar un cuento suyo como de la tradición oral es muy importante
Hombre para mi fue un orgullo que ocurriera. En otra ocasión en una cátedra de una universidad estaban presentando un cuento de mi autoría como de tradición oral y le aclaré a la profesora que yo era el autor de ese cuento, y me dijo: pero tiene toda la estructura de la tradición. Sí, lo escribí con ese interés, con la estructura de los cuentos de la tradición oral.
Talvez hay un espacio, un vacío entre el investigador, el analista, el crítico literario que está en la academia y nunca salió de allí y quizás piense que la tradición oral ya fue, que llegó hasta un tiempo sin ver que el artista es un recopilador, un canal. Tratan algunos de acusar al artista casi de plagio. Nunca dentro de un proceso cíclico y parte de esa creación viva de la retroalimentación.
Yo creo que los temas ya están escritos, temas nuevos no habrán. Por el lado de la psicología ya lo dijo Don Freud, Eros y Tanatos, amor y muerte, ahí se resumen, ya habrá una cantidad de variables. La cantidad de cuentos clásico del estilo de Romeo y Julieta, dos jóvenes que se enamoran de familias enemigas o distintas y termina en tragedia por asuntos familiares, lo vemos en Antífona. Por eso la tradición es una cosa viva no una cosa vieja. Una cosa de hoy parada y sustentada en lo pasado hasta el comienzo de los siglos. Es cíclico, vivo, va girando y ahí está.
Esto que sigue pasando, lo que no se ha perdido, entonces se contrapone a esta modernidad. Esta necedad de rebuscar y enlistar todo para ponerlo bajo llave en una lista. Decir ya todo estaba dicho, escrito, patente y registro en mano. ¿Es ésta labor parte de la perseverancia de las culturas populares?
La resistencia cultural, el hecho que estemos haciendo esto, que Juan Madrigal esté haciendo un Festival en Alajuela es resistencia cultural, que esto dure y perviva siempre es pura resistencia, que nada tiene que ver con resistencias armadas, pero si más fuerte. Cuando a Juan le aclaman Cucarachita Mandinga que parece como un concierto de rock eso es resistencia cultural.
JOEL SÁNCHEZ : Ahí hay más que un hueco, un hueco de espacio, un hueco intelectual, de realización personal, que el físico hueco en el tenis del que el público se ríe, pero cuatro o cinco días después, el trabajo va calando en el público. Un hueco en la realización, en la esperanza o desesperanza, que no se resuelve desde los Estados Unidos, sino que ahonda, agranda el hueco de la realización o el físico, tanto que el personaje termina diciendo: yo sé hablar ingles y no me da la gana practicarlo… (haciendo referencia a una parte del texto, donde el personaje narra a los balseros como personas que saben hablar inglés, porque todos en Cuba pueden aprender un segundo idioma, pero que se van a Estados Unidos para poder practicarlo)… Esa es la idea general del texto El hueco en el tenis, texto central del espectáculo El náufrago.
Sí, fue algo que en algún momento nos planteamos. Es más, la misma vivencia de muchos en Latinoamérica. El hambre, ese cliché que se le hace al pueblo hermano de Cuba del que muchos se rieron y pensábamos que si nos reímos igual del hambre que pasa el pueblo indígena aquí en Talamanca o aquí mismo gente en Alajuela y más de uno de nosotros hemos tenido o tenemos huecos en los zapatos y no tenemos plata a veces ni para arreglarlo o comprar…
A mi me dicen eso, que el hambre de Cuba, bueno ¿Cuál hambre de Cuba?¿El “clavo” de la CNN? Yo llevo unos años trabajando en Medellín y la CNN no habla del hambre en las comunas de Medellín porque está ocupada con el tema de las drogas o cosas que si les duelen a los gringos. Si no es porque cineastas brasileños hacen una película como Ciudad de Dios nadie la hace, porque para ellos eso no vende. Vende más Rambo tirando tiros y matando en Afganistán o Irak, con toda la realidad que se inventa, con todo sus tratados para que sigamos siendo fincas de ellos que vienen a meternos cosas que nos roban y luego no las venden. Que el hambre en Cuba, yo hablo de Cuba porque soy cubano, yo no soy quien para decir del hambre de Costa Rica, o de Nicaragua, por eso a mi me toca hacer chistes con la realidad de mi país. Que yo critico mucho el sistema. No, yo soy muy Fidelista, muy del sistema cubano que hace humor desde su realidad no desde la realidad de otros. Que venga a decir que el turismo se está cagando en las playas de Puntarenas y tirando cosas a las costas y todos felices. Nadie te dice eso, yo no lo voy a decir por respeto.
Pero en Cuba todo el mundo come, que no llegas al supermercado y llenas tu carrito de cosas que muchas veces ni se necesitan, que se convierten en basura. Que de pronto eso no lo haces, pero comes lo básico. Lo jodido es que en estas partes de nuestra América no todo el mundo come ni va y llena el carrito de lo que le da la gana. Talvez un poco la situación en Costa Rica es diferente por todas las cosas históricas de acá como el no tener ejercito. Bueno, un poquito, no hay que creerse mucho porque todo está cambiando pero por ejemplo en Colombia, el cinco por ciento de la gente es la que puede ir a llenar su carrito. Pero dónde ves en Cuba los niños del semáforo o la violencia en las calles. Que en Cuba la gente se va en balsa, en México se van por la frontera, en Honduras, en Guatemala y también de aquí. Algo que me repiten mucho en Colombia que la gente se va por el hambre. Se van por cuestiones políticas como en todo el mundo. Es normal que la gente de esto que dicen es el tercer mundo con muchas posibilidades de pasar al cuarto o al quinto, se quiera ir a vivir al primer mundo por razones económicas o de realización personal. La gente te sigue repitiendo que la gente se va de Cuba para Estados Unidos, pero hay cuatro millones de colombianos y veintidós millones de mexicanos y de Honduras un millón y de Costa Rica que decimos que es un país que está bien y lo está, hay medio millón de personas allá. La migración no es un fenómeno de Cuba, es un fenómeno del mundo. Lo que pasa es que a los gringos les gusta hacer el show con Cuba.
Imagínese si contáramos la cantidad de norteamericanos que emigran de su país hacia nuestras tierras por razones políticas, económicas, huyendo de la policía, de la guerra o las ciudades repletas de asfalto.
Pero cambiando de tema, la poesía siempre está presente en la escena…
La poesía es mi primer motivo escénico. Llego al escenario con la necesidad de decir poesía. Yo no soy humorista, pero el humor es el mundo donde yo hago un soporte. Si fuera pintor la necesidad sería decir pintura , puede ser que lo digas desde un óleo, un árbol, en el piso de un parque, hasta en un cuaderno. Mi necesidad es decir, contar poesía, no soy poeta. Sería un irrespeto con tantos poetas, pero la poesía es mi necesidad y la manera de sostenerme en el escenario es el humor.
Ahora hablábamos con Jota Villaza de la importancia de estos festivales en Latinoamérica o en cualquier parte, como una forma de resistencia cultural ante esta modernidad desastrosa y esta globalización donde todos los globos se revientan. Por ejemplo lo que ha llegado hacer el Festival de Poesía en Medellín, las bienales de la Habana, este montón de festivales o fiestas de cuentería. Cómo ve esto con toda una tendencia a patentar el conocimiento, de ponerle propiedad intelectual a todo...
Yo sé que no es la respuesta que esperarían de mí o la que esperan los artistas. La globalización es una mierda; el neoliberalismo, una basura. Los TLC`s la expresión actual de la basura. A mí no me preocupa tanto por el arte, sino por las economías campesinas o de producción nacional.
El arte seguirá siendo lo más autóctono. Va a sobrevivir por encima de todo. Podrán seguir entrando programas de televisión, tipo los “Realitis” pero la gente va seguir viniendo al teatro de Alajuela como todas estas noches quedándose fuera. Ahí están todos los programas gringos, todas las parabólicas y las cosas que nos mandan de Europa. Que bueno, nos mandan a veces cosas artísticas buenas. Por eso digo que el arte va a sobrevivir sobre los momentos políticos y económicos. Nadie se acuerda del alcalde de Nueva York cuando Chaplin hacía cine o de alcalde de San José cuando Carmen Lyra era Carmen Lyra. Si Shakespeare no se hubiera hecho amigo de la reina, el periodo Isabelino no fuera tan Isabelino. Por suerte el arte queda, el arte va a sobrevivir por encima de todo. Por eso la gente se quedaba fura del teatro y venía. No se quedó viendo Bailando por un Sueño, parece raro pero a mí en el tema del arte no mi importa, no me preocupa. Cualquiera puede ser la cara de Colombia hacia el exterior como Shakira, pero yo se que hay otra Colombia que no es un producto.
Qué le parece la atmósfera que adquiere este festival a nivel latinoamericano.
Estoy muy sorprendido. Yo no soy cuentero, me muevo en los circuitos de humor de pensamiento, no de cómicos, porque la gente piensa que los programas de televisión son humorísticos y no es cierto. Lo humorístico implica pensamiento, posición sociopolítica, astucia, agilidad mental. Me muevo mucho más en ese medio. Vine invitado al festival de cuentería, porque no hay circuito de humoristas. Yo estoy muy emocionado, contento de este festival que está haciendo historia. Reconozco el apoyo importante de las entidades públicas, del Ministerio de Cultura.
No como se quisiera o debiera pero mucho más que en otros lugares del mundo.
Gracias por traernos a la memoria al poeta José Martí.
El más grande de todos los cubanos diría yo.
Recuerdo un libro del filósofo Arnoldo Mora, por cierto es alajuelense, que se llama La identidad de nuestra América donde enfoca la influencia de Martí en el contexto histórico del siglo XIX, su visión y pensamiento. Creo que tenemos mucho de eso.
El hizo un recorrido muy importante por Centroamérica y creo que fue una semilla importante en Latinoamérica. Fue un sembrador, el más grande del pensamiento antiimperialista, más que Centroamérica fue su campo de acción avisando lo que nos iba a pasar con el imperio de Estados Unidos, cuando el imperio aún era España…oye chico me tengo que ir.

Lástima que se tenían que ir, hubiéramos profundizar más en esto.

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